viernes, 14 de diciembre de 2007

Refugio Neumeyer

En un primer intento a la visita del Refugio Neumeyer fuimos en Bicicleta. Un día bastante ventoso y frío emprendimos la travesía. De todas formas ya ingresando al camino de ripio que no llevaba por entremedio de las montañas no se sentía tanto el viento, y de a ratos el sol pegaba fuerte.

En un principio calculamos que eran 12 kms hasta el refugio, pero luego de hacer los 12 kms apareció un cartel que según decia, faltaban 10 kms más!

Luego de evaluar el tiempo que teníamos, decidimos ir algunos Kms más pero ya desistimos de llegar hasta el refugio.

El camino estaba lleno de sorpresas, había muchos puentes para cruzar, arroyos que vadear y hasta algunos ocasionales cóndores.

La vista era espectacular, el camino rodeado de montañas y arroyos que pasaban por todos lados.

Hicimos unos kilometros más y luego de un descanso decidimos volver.

La vuelta fué espectacular, ya que la mayor parte del camino era en bajada, así que como podrán imaginar cuando menos nos dimos cuenta, estábamos en Bariloche.

El segundo intento, tuvo resultados por positivos.

Estaban los suegros, así que fuimos en auto. Cuando llegamos al punto en que habíamos dejado la vez anterior, nos dimos cuenta que nos había faltado bastante y todo en subida, así que pensamos que fué acertado haber tomado esa decisión.

En el refugio, hay varias caminatas para realizar, decidimos tomar el circuito hasta la Laguna Verde.

Esta laguna, que está en la base del Cerro Chalhuaco, tiene una rana es única en su especie y sólo se encuentra en ese lugar. Por las fotos que pudimos ver es amarilla y negra. La buscamos pero no la encontramos:(

Depués de subir por el bosque casi media hora, llegamos hasta el mallín de los patos, que en un principio pensamos que habíamos llegado a la Laguna Verde, que de verde no tenía nada.

La suegra siguió insistiendo para que siguiésemos, caminamos unos minutos más y llegamos hasta la famosa Laguna Verde, que ésta si era bien verde.

La vista era espectacular, se apreciaba la cordillera en un tono bien verde, lleno de árboles y vegetación.

Luego de contemplar los encantos de ese lugar, decidímos volver ya que nos corrió la neviska y el frío.





























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